Propósitos de Año Nuevo de la OACI – 3 pasos hacia una normativa sólida sobre la contaminación de la aviación

La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) está ultimando actualmente la normativa para su esquema de compensación de carbono, el cual entrará en vigor el 1 de enero del próximo año. La falta de transparencia y posiblemente los criterios no vinculantes de compensación financiera podrían socavar los esfuerzos para que el sector de la aviación cumpla su parte justa de la acción climática para limitar el calentamiento global a 1.5 grados.

En 2016, la OACI acordó establecer un mecanismo de compensación para contrarrestar el aumento de sus emisiones por encima de los niveles de 2020. La normativa para asegurar la integridad medioambiental de los créditos bajo el esquema será adoptada por los 36 países miembros del Consejo de la OACI en junio de 2018 y será aplicable para todos los países a partir del 1 de enero de 2019.

Los propósitos de Año Nuevo ofrecen una gran oportunidad para mejorar la situación en el próximo año. Así pues, animamos a la OACI y a sus Estados Miembros a comprometerse con un régimen estricto de buena gobernanza de aquí a junio (y de ahí, en adelante).

Como para cualquier propósito creíble, es importante establecer un objetivo, definir pasos e hitos para alcanzarlo, estar preparados para ajustar el proceso a lo largo del camino y buscar el consejo de los amigos. El objetivo de la OACI y sus Estados Miembros es establecer una normativa sólida que garantice la integridad medioambiental y social, así como una amplia aceptación del esquema de acción CORSIA para finales de año. Los pasos mencionados a continuación guiarán el camino hacia esta meta.

N.º 1 – Seré más abierto y escucharé a mis amigos

En diciembre de 2017, la OACI compartió con sus 192 países miembros, para consulta, un documento que contenía el proyecto de la normativa aprobado por el Consejo de la OACI. Los gobiernos tienen hasta el mes de marzo para hacer comentarios, fecha en la que el Consejo de la OACI adoptará las normas (Normas y Prácticas Recomendadas, SARPs, por sus siglas en inglés) sin correcciones o con ellas. Como ha sido el caso con muchos otros documentos relacionados con el CORSIA, la OACI decidió no hacer público el documento. No obstante, al menos el Reino Unido, Noruega y Alemania lo han hecho.

Es preocupante que la falta de transparencia no se limite a la fase de preparación del esquema: mientras que en el proyecto de la normativa se habla de «divulgar información» sobre, entre otras cosas, los requisitos finales de compensación, en ninguna parte se usa la palabra «públicamente». Sin el escrutinio del público, es imposible saber si se está cumpliendo con el régimen y obteniendo resultados o, en este caso, si las futuras compensaciones respetan los criterios que deberían.

Así pues, como parte de sus propósitos de Año Nuevo, sugerimos que la OACI y sus Estados Miembros pongan a disposición del público el trabajo sobre el proyecto de la normativa para que este participe y que tomen nota de las aportaciones de las partes interesadas, incluidas las organizaciones de la sociedad civil, para así garantizar la mayor aceptabilidad posible del esquema.

N.º 2 – Cumpliré con mi compromiso

Actualmente, la manera en la que se han redactado las normas permitiría a cada país decidir lo que constituye una compensación válida sin necesidad de seguir ningún criterio obligatorio. Naturalmente, esto suscitaría dudas sobre si los países cumplirán o no los criterios. Si las reglas no tienen que respetarse por parte de todos los países, se vuelven inservibles.

La OACI debe, por tanto, hacer que los criterios de elegibilidad de las compensaciones sean obligatorios, lo que significa que es el Consejo de la OACI quien decide la elegibilidad de las compensaciones, no cada país por separado y de forma voluntaria.

N.º 3 – Apuntaré más alto

Las emisiones producidas por el sector de la aviación representan aproximadamente el 4.9 % del calentamiento global y, si no se tratan, se espera que crezcan hasta un 300 % para 2050. El sector puede representar una cuarta parte del presupuesto total de carbono (la cantidad de emisiones que aún podemos liberar) para permanecer por debajo de los 1.5 grados de calentamiento para 2050.

El esquema de acción CORSIA solo cubrirá una parte de las emisiones superiores a los niveles de 2020 y no propone solución alguna para abordar las emisiones por debajo de los niveles de 2020. Además, la compensación se limita a trasladar las emisiones de un lugar a otro cuando ha quedado alarmantemente claro que todo el mundo debe reducir la contaminación para mantenerse dentro de los niveles que limitan los peores impactos del calentamiento global.

Se prevé que el precio de las futuras compensaciones esté en torno a 20 centavos la tonelada, especialmente si se aceptan todos los créditos del Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) de la ONU sin ningún otro criterio de calidad, tal y como está previsto. Además, con muchos estudios (el más reciente, el Informe de la ONU sobre la Brecha de Emisiones) que ponen en duda la efectividad ambiental de los créditos del MDL, una aprobación general de este programa significaría que la contribución del CORSIA a la acción climática sería nula.

Así que, aunque la OACI quiera cumplir sus propósitos de Año Nuevo en 2018, debe reconocer que el CORSIA es solo el primer paso en el camino hacia una acción climática significativa en el sector de la aviación. Es imperativo pensar desde ahora en medidas adicionales para dar una señal de precio adecuada y fomentar reducciones de emisiones en el futuro.

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